Conoce las peculiaridades de los ojos del gato.

Los espectaculares ojos de gato son motivo de miles de comparaciones, mitos y misterios y es que aparte de ser bonitos, aportan a  los felinos una gran capacidad visual.
En la anatomía del ojo del gato podemos destacar la funcionalidad de cornea, su iris, junto con lo que llamamos tapetum lucidum y su gran número de bastones (cerca del doble más que en el ojo humano) todo ello en unos órganos visuales más grandes de lo normal y estratégicamente dispuestos en el cráneo.
Todas estas singularidades en la visión del gato se las debe a la adaptación a la caza en medios nocturnos.

Mayor captación de luz – La retina del gato, como vemos está adaptada a la visión nocturna, es por eso que puede ver con claridad en ambientes con una luz al menos 6 veces más pobre que el hombre. Pero es incorrecto decir que ven en la oscuridad, el gato necesita algún ápice de luz para poder ver.

Una pupila alargada – Gracias a la contracción y expansión del iris podemos observar en el gato una pupila rasgada verticalmente. Esta peculiaridad da al gato y a algunos reptiles un mayor control de la entrada de luz en el ojo en comparación con los animales, que tenemos la pupila circular, ya que nuestros rangos máximos son menores y los mínimos son mayores.
Por tanto, la captación de luz en ambientes con poca luminosidad o penumbra será mayor en los gatos a causa de la amplitud que otorga esta expansión del iris y en los que haya poca luz entonces, podrá resguardar con seguridad su pupila dejando una fina línea como entrada de luz.

Ojos reflectantes – Esta capacidad depende directamente de lo que llamamos tapetum lucidum, que es una capa situada tras la retina con una función reflectante, que aumenta entre 30 y 60 veces la capacidad de los bastones fotorreceptores. Es debido a sus propiedades reflectantes de la luz que cuando nos mira un gato en la oscuridad o le hacemos fotos los ojos de gato se iluminan como linternas o se vuelven rojos como si este estuviera endemoniado.

Visión adaptada a la caza – El gato, igual que le perro, tiene una visión adaptada a la caza, por lo que no puede enfocar demasiado bien los objetos cercanos  y su visión óptima está entre los 2 y los 6 metros de distancia. También capta mejor los objetos en movimiento y su campo visual suele ser mayor que el de los humanos por su amplitud y disposición en el cráneo, llegando a los 240º, pero eso si, el campo de visión binocular del gato es de la mitad.

Visión en color – Los ojos de gato permiten la visión en color, estos sufren como los perros un tipo de daltonismo llamado deuteranopia, este consiste en ver el rojo de color amarillo y el verde en tonos grises. El resto de colores los ven un poco menos vivos que nosotros pero de manera similar.

 

 Autor: Irene Serrano

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