Emiten extrañas vocalizaciones, ladran, aullan, rascan la puerta, jadean, se lamen de manera excesiva, destruyen, vomitan, se orinan… Todo esto y más, que empieza justo antes de la partida del propietario y se prolonga en su ausencia, se llama ‘ansiedad por separación‘.
Se debe al apego excesivo del perro con su compañero humano.
Podemos ver como sigue constantemente al humano por toda la casa, duerme en su misma cama o consigue su atención en todo momento con muy poco, siendo tratado incluso como un bebé.
Nos ponemos los zapatos, cogemos las llaves… Y ¡ya ha empezado!
El drama surge desde ese momento en el que empezamos nuestra rutina de salida y se alarga hasta la hora aproximadamente de nuestra ausencia o llegada.
Y cuando volvemos a casa… No debemos nunca reñirle por los destrozos, el perro no entenderá nada y provocaremos más incertidumbre (los métodos aversivos solo se aplican in situ), este trastorno se soluciona con una modificación de conducta guiada por un profesional. Veamos algunas tácticas sencillas para aliviar la ansiedad de tu mascota:
-Dale un buen paseo y juego, agótalo antes de tu salida.
-Cambia el orden de tu rutina de partida, tus despedidas y saludos al perro.
-Ignora sus reclamos de atención y premia un buen comportamiento sereno (educación positiva).
-Deja la tele o la radio enchufada en tu ausencia (si es habitual en tí cuando estás).
-Reduce el tiempo y el espacio donde se quedará solo en un principio, ve aumentándolo progresivamente.
-Déjale algún objeto que huela a tí y sus juguetes al alcance.
También tenemos la ayuda de Calm un pienso para tu perro, que contiene una proteina de la leche materna y hace que se sienta tranquilo y se usa en periodos de ansiedad, muy útil mientras realizamos cambios de comportamiento por estrés y en épocas de fiestas del barrio o pueblo.
Este, cada vez más común problema, pone al animal en situación de peligro, activando en su cuerpo mecanismos para la supervivencia durante la incertidumbre de la espera que le crea malestar. Conlleva efectos físicos como opresión torácica, constricción de esfínteres o debilidad del sistema inmune. Es por esto que puede derivar a la larga en enfermedades, muchas veces relacionadas con el aparato urinario, el corazón, agrava enfermedades o lentifica su curación.
La ansiedad por separación no es una tontería, su correcta valoración y tratamiento lo definirá tu etólogo de confianza, así que antes de un diagnóstico precoz, asegúrate de que tu perro no le tenga miedo al ruido externo cuando no estás en casa o tenga un comportamiento destructivo por otros motivos.
Prevención:
Un perro equilibrado debe tener cubiertas unas necesidades básicas sociales, comportamentales y por supuestísimo hacer uso de su independencia.
Ayúdale a liberarse de esta ansiedad con el juego para que sea un perro de hábitos saludables. Como ayuda extra podemos utilizar las pipetas antiestres naturales con extracto de valeriana, inofensivas para el perro pero eficaces, fáciles y rápidas de administrar.
Es aconsejable que a la hora de adquirir un cachorro o un perro adulto, le expongamos a la soledad gradualmente y ofrecerle nuestra atención de manera que motivemos los comportamientos deseados, como lo son la tranquilidad, la confianza y autodeterminación (ignorando si muestra comportamientos negativos u obsesivos).
De la misma manera, necesita relacionarse con más perros y personas, siempre que él se sienta cómodo, fomentando así las relaciones positivas y calmadas.
[…] veces se asocia este problema con la ansiedad por separación y es verdad que se puedan dar juntos pero no es una característica de ese asunto. Tu etólogo […]